Saltear al contenido principal

Las Bateas Gallegas

Las Bateas Gallegas

Las Bateas

El sistema de cultivo tradicional del mejillón en Galicia es a través de las bateas, un diseño autóctono que es el de mejor rendimiento de los conocidos, y que logró convertir a Galicia en líder europeo de producción. Cinco son las principales rías en donde se lleva a cabo la producción del Mejillón de Galicia: Arousa, Vigo, Pontevedra, Muros y Noia y Ares-Betanzos. Cada Ría cuenta con características diferentes según los indicadores de longitud, volumen, superficie y profundidad que determinan el porcentaje de bateas ubicadas en cada una de ellas así como la ubicación más adecuada. En la superficie total existente en las cinco rías forman un total de 47 polígonos en los que se distribuyen un total de 3.337 bateas.

La batea es un vivero flotante constituido por un entramado de madera de eucalipto, de forma más o menos rectangular, sobre el que se atan las cuerdas de mejillón. La batea se mantiene suspendida mediante un sistema de flotadores.

Técnicas de cultivo del Mejillón en las Bateas

El proceso de cultivo del Mejillón de Galicia  en las bateas se divide en varias etapas:

OBTENCIÓN DE LA SEMILLA (mexilla): en las miles de bateas que pueblan las Rías Gallegas, millones de machos y hembras de mejillón cultivado echan los gametos al mar, donde se produce la fecundación, dando origen a larvas que posteriormente se fijarán a las rocas. Así se van repoblando abundantemente los bancos naturales, garantizando un muy alto nivel de biodiversidad genética de la población, con el reinicio del ciclo natural.

En los meses de diciembre a abril, los bateeiros, jugándose su integridad física -igual que los percebeiros-, saltan a las rocas más batidas del litoral para recoger la semilla utilizando rasquetas. Además, donde las condiciones oceánicas y ambientales en general son favorables, la recolección de la mexilla se realiza también mediante cuerdas colectoras especialmente diseñadas para que las larvas de mejillón se adhieran. Las cuerdas colectoras se cuelgan en la batea en los meses de marzo a junio, época de desove, momento en el que se adhieren las larvas que, con el paso del tiempo, se convertirán en mejillón.

ENCORDADO: la semilla de un tamaño de 1-2 cm. se lleva a la batea o al barco y se procede a la confección de las “cuerdas de mexilla”. La mexilla se envuelve sobre la cuerda con la ayuda de una fina red biodegradable de rayón, dándole al mejillón el tiempo suficiente para que se embise sobre la cuerda. Esta operación se hace bien manualmente o mediante máquinas especialmente diseñadas para ese fin, las encordadoras.

DESDOBLE: después de 4 á 6 meses en el mar, cuando el mejillón alcanza los 4,5 o 5,5 cm, se procede al izado de las cuerdas de mexilla. Debido al considerable aumento de peso del mejillón, se hace necesario el desdoble de las cuerdas, esto es, la confección de nuevas cuerdas de densidad menor. Con este desdoble se facilita el crecimiento del mejillón, además de evitar su desprendimiento de las cuerdas. Por «cada cuerda de mexillase obtienen entre dos o tres “cuerdas de desdoble” que se echan al mar hasta su comercialización.

COSECHA Y SELECCIÓN: después de aproximadamente un año, el mejillón de desdoble alcanza la talla comercial (75-95mm). Las cuerdas son retiradas del agua con la ayuda de la grúa e izadas al barco. Una vez en cubierta, si el mejillón se destina a comercializar en fresco, el mejillón se limpia con abundante agua de mar, se procede a su selección por tallas y finalmente se introduce en sacos plásticos, listo ya para su traslado a los centros expedidores. En cuanto a su cosecha para su comercialización para fábrica, el mejillón se limpia y se posa a granel en el barco. Luego es recogido por la grúa en el muelle e introducido en el camión en dirección el centro de transformación.

La época de cosecha del Mejillón de Galicia depende, entre otras razones, de su destino. Así, el mejillón destinado a las empresas transformadoras se cosecha generalmente en verano y el destinado al consumo en fresco se cosecha preferentemente durante el otoño y el invierno.

El cultivo es, por tanto, un proceso totalmente natural ya que el mejillón aprovecha de manera eficiente esa riqueza de nutrientes que la naturaleza regaló a las rías gallegas. Y también ejemplo de actividad sostenible pues es económicamente viable, socialmente equitativo y medioambientalmente amigable.

Esta entrada tiene un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver arriba
Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecerte un mejor servicio y mejor experiencia de navegación en la web.    Ver Política de cookies
Privacidad