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Ruta de la Memoria del Lobo

Ruta De La Memoria Del Lobo

Os proponemos realizar la ruta de la Memoria del Lobo de Cotobade, que comienza en Carballedo y termina en un auténtico «Foxo do Lobo«, cerca ya de Corredoira. Se debe seguir a pié y si así es nos llevará cuatro horas esta ruta, de 16 kilómetros, en la que podremos admirar paisajes inigualables y gozar de eso que los gallegos llamamos, con énfasis, autóctono. Por ejemplo, nada más llegar al lugar de Pozo Negro ya nos encontramos con el río Almofrei, que nos da la bienvenida con una hermosa playa fluvial. A medida que ascendemos dejando atrás el río, nos rodea la vegetación autóctona y el silencio del bosque nos conmueve tanto como alguna que otra finca abandonada que espera el regreso del que ya nunca volverá, el que un día fue protagonista de la esencia de la vida y de la actividad agrícola.

Vamos en busca del «Foxo do Lobo«, pero es fantástico comprobar cómo algunas aldeas continúan vivas para brindarnos su belleza más natural. Entre Sabugueiro y Arufe hay una ermita. La de San Brais, que es «santo milagreiro», de ahí que el entorno se haya preparado para la romería anual que se celebra en su honor. Arufe nos recuerda que aquí nacieron muchos gallegos de América. Sus casas están aquí, pero olvidadas a pesar de los hórreos que nos hablan de otro tiempo mejor. Los hay muy hermosos y singulares por su estrechez.

Seguimos en la ruta de la memoria y cruzamos la carretera de A Lama para reencontrarnos con el río Almofrei y sus molinos, que corrieron la misma suerte que algunas aldeas, aunque por diferentes motivos. El Muíño dos Pasos está en aparente buen estado y su entorno es magnífico, en el que se incluye un pontón-presa, una senda ribereña y un bosque de ladera poblado de pequeños e invisibles animales tan graciosos como la ardilla. Sigue el camino entre mas molinos, como los de Pelino y Banzadas, cruzando los regatos de Codesás y Cabadas hasta llegar a la zona del regato de Portalaxe, donde encontramos otros tres molinos en triángulo, el propio de Portalaxe, el de Rezada y el Batán do Liño, donde se mazaban los tejidos para su manufactura.

Nuestro objetivo final de la ruta de la memoria está cerca. Es un antiguo «Foxo do Lobo» en el que desde épocas antiguas los hombres lo idearon para eliminar a estas fieras de manera selectiva. Para ello se construían largos muros («sebes») en forma de «V» y de mampostería o más antiguamente con materiales perecederos, como ramas y palos. En el vértice de la «V» se localiza el foso. Este foso era de planta circular y podía tener hasta tres metros de profundidad. Los lobos eran acorralados en estos muros y llevados hasta el foso de dónde no podían escapar y por lo tanto era su muerte. Por medio de una pequeña puerta se retiraban los cadáveres. Las batidas, según referencias escritas, se solían organizar los sábados y a ellas acudían los lugareños. Es posible que su ubicación pudiera estar ligada a fortalezas medievales en zonas montañosas. Aquí, a poco más de un kilómetro existe un monte que conserva la denominación de Monte Castelo y que conserva restos de sillares que formaban parte de la muralla. La forma de cazarlos consistía en dos grupos de personas con perros que se dispersaban por el monte y haciendo ruído acorralaban a los cánidos en estos lugares donde se les daba muerte. Aquí, en Carballedo, se conservan los restos de uno de estos fosos. Cotobade esconde otros dos restos de fosos, en Campo de Anta (Corredoira) y en Conllosa (Valongo). ¿No os animáis?

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