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40 Sequoyas del Monte Pena da Moa salen del Olvido

40 Sequoyas Del Monte Pena Da Moa Salen Del Olvido

Un acceso de tierra nos lleva hasta una parcela del monte comunal de Tourón, lugar de Buchabade, en el término municipal de Ponte Caldelas. Toda una sorpresa que nos ha relagalado la propia naturaleza al mantener vivas durante décadas las 40 secuoyas plantadas durante los años 60. Concretamente el nombre con el que son conocidas es «Las Secuoyas del Monte da Pena Moa«.

Monte Pena da Moa, Vivero de Semillas

En los años 60 del siglo pasado, técnicos del Centro de Investigación Forestal de Lourizán llevaron a cabo la plantación de diversas especies en diferentes parcelas de la comarca a modo de semilleros. Entre esas parcelas cabe destacar la del Monte de Pena da Moa de Tourón en la fueron cultivadas unas 40 secuoyas con el objetivo de disponer de semillas para ser enviadas a otras zonas del país.

Uno de los encargados del control de la parcela por aquel entonces, el profesor Francisco Javier Fernández de Ana del Centro de Investigación Forestal de Lourizán fue quién, en enero de 2017, redescubrió la finca formada por cuatro decenas de secuoyas. Éstas se creían desaparecidas como consecuencia de los incendios que asolaron el Monte Pena da Moa a principios de los años 80. Como consecuencia de los mismos, tanto los técnicos de Centro de Investigación Forestal de Lourizán como el colectivo vecinal las dejaron en el olvido durante décadas mientras el paso del tiempo ha sido el encargado de mantener y desarrollar las secuoyas californianas que, en la actualidad, forman un bosque de 40 ejemplares de extraordinario valor botánico, histórico y ecológico.

Resistencia de las Secuoyas del Monte Pena da Moa

Tras los incendios el imaginario colectivo pasó a dar por perdida la finca de las secuoyas dado su pequeño tamaño y aparente debilidad. No obstante, no fue así gracias a la dureza de la corteza, es ignífuga, no arde por la concentración y espesor de las fibras que la forman. Esta característica ha resultado trascendental para la supervivencia y desarrollo de las secuoyas a lo largo de estas décadas aunque sí son apreciables las cicatrices de los fatídicos incendios en las capas exteriores de la corteza que los cubre. El nombre científico que las bautiza resulta muy significativo: Sequoia sempervivens, “que vive siempre”.

 Algunas de las secuoyas sempervivens cuentan con 50m de altura y base de 9m de diámetro. Sus copas son de hojas perennes.

Otros Atractivos en las Proximidades

En un radio no muy lejano del Bosque de Secuoyas del Monte Pena da Moa se encuentra la estación de Petroglifos de Tourón, un conjunto arqueológico de notable interés cultural. Además, el Pino de Oregón (Pseudotsuga menziesii) fue otro de los árboles que los especialistas forestales de Lourizán plantaron en el monte de Buchabade hace casi 60 años. El fuego también rondó la plantación de mayor tamaño y, en este caso, si la llegase a afectar supondría la completa destrucción del rodal, porque este árbol no tiene la protección natural de la corteza de la que dispone la secuoya. No obstante, el fuego respetó esta finca y los pinos crecieron altos, tan altos a simple vista como las secuoyas, creando un ecosistema también peculiar. Este árbol es más frecuente en Galicia, pero su tamaño en Buchabade es apreciable.

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