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O Monte Aloia, Vida y Naturaleza

O Monte Aloia, Vida Y Naturaleza

Aloia, Parque Natural de Galicia

El Parque Natural de Aloia destaca por su belleza natural, por una gran riqueza de flora y fauna y por sus restos arqueológicos. Se trata de un espacio natural ubicado al sur de la provincia de Pontevedra, a 7 kilómetros al norte de la comarca de Tui y justo antes de las aguas del Miño que sirven de frontera natural entre Galicia y Portugal. El acceso hasta el complejo natural se realiza a través de la PO-340 a través de una carretera vecinal en buen estado dónde cuenta con buena señalización para llegar sin dificultades hasta el Centro de Interpretación de la Naturaleza »Casa Forestal Enxeñeiro Areses» (Tf: 986685095- 677418405). Desde este punto existen varias posibilidades para adentrarse por el parque y realizar diferentes visitas a los puntos de mayor interés para el viajero.

El Monte Aloia es una elevación montañosa que forma parte de la Serra do Galiñeiro, protagonista hace más de cien años atrás de una campaña de plantaciones y remodelaciones naturales a cargo del Ingeniero de Montes Rafael Areses Vidal. Su impronta ha quedado pegada al fuerte desarrollo natural que ha permitido un cambio por completo de la antigua fisionomía rocosa que presentaba este monte hace un siglo siendo muy parecida al conjunto de la Serra do Galiñeiro que existe hoy en día. Los trabajos del Ingeniero permitieron crear un espacio natural de gran valor y de importante biodiversidad arbórea. Trabajo reconocido con la estatua de Rafael Areses dentro del espacio formado en estas últimas diez décadas y reconocido con los diferentes títulos que protegen este rico e interesante espacio tanto a nivel natural como también arqueológico y cultural. El 5 de junio de 1935 se estableció como Paraje Natural de Interés Nacional por la Orden Ministerial. Posteriormente, el 4 de diciembre de 1978 el Real Decreto 3160 lo declaró Parque Natural. El Decreto 274/2001 del 27 de septiembre aprueba el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Parque Natural del Monte Aloia. Y más recientemente el decreto 72/2004 lo declara Zona de Especial Protección de los Valores Naturales y unos meses más tarde en Diciembre fue incluído en el espacio Red Natura 2000. Estas protecciones oficiales sirven para poner en valor un recinto de tanta importancia natural, animal, arqueológica y cultural, ayudan a su promoción y en definitiva a marcar unos límites geográficos del parque ocupando una extensión de 746,29 hec.  Se asienta en unos terrenos cuya propiedad recae en la Comunidade Veciñal de Montes en Man Común de Rebordáns y de la Entidad Local Menor de Pazos de Reis.

Algunas especies que nos podemos encontrar

En lo que respecta a la flora, el monte, contiene cerca de 450 especies, de las cuales casi 30 son endemismos de la península ibérica. En los matorrales destacan la Linaria saxatalis, halimium lasianthum (carpaza do Aloia), la centaurea (centaura aloiana). En cuanto los árboles destacan el pino, acebo, roble, castaño, alcornoque, arraclán, sauces, aliso, laurel y abedul, además de las especies exóticas introducidas por R. Areses. También es interesante la abundacia de hongos, como el sólo conocido en Galicia, Tricholoma pseudoalbum gallaecicum. Los líquenes están representados por 10 especies.

Pero uno de los grupos animales que hace único al Aloia es el de los anfibios y reptiles, presentes entre sus rocas, riegos y charcas, debido a la abundacia de precipitaciones durante gran parte del año. Sapo corredor (bufo calamita), tritón ibérico y jaspeado, salamandra rabilarga, común, rana patilarga (rana iberica), salamandra rabilarga (chioglossa lusitanica) o largarto verdinegro (lacerta schreiberi), lución, eslizón, culebra bastarda, viperina, de collar, lagarto ocelado, verdinegro, lagartija de Bocage son algunas de las especies más destacadas. Esta abundacia ha permitido nombrar la zona como de interés herpetológico. Entre las aves destacan el gavilán, el azor, el busardo, el ratonero, cárabo, lechuza. En cuanto a los mamíferos destacar al desmán pirenáico, rata de agua, ardilla, jabalí, zorro, garduña, murciélago, caballo salvaje … También peces como la abundante bermejuela (chondostroma arcasii) están representados en este parque natural.

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Historia, Arqueología, Rutas y Miradores

El Parque Natural del Monte Aloia alcanza los 629 metros en el alto de San Xiao. La colina domina el paisaje, calificado como atalaya sobre el Miño. Así pues, debemos destacar la riqueza etnográfica existente en el parque: los molinos movidos por las aguas bravas de los riachuelos que nacen del Aloia buscando el valle del Miño en un corto trayecto directo a la cuenca del Miño. Destaca la Ruta de los molinos del Tripes y Ruta de los molinos de Paredes donde se encuentras los siete molinos que pueden ser visitados dentro de las rutas de senderismo que recorren el parque. Las seis rutas parten del Centro de Visitantes “Casa do Enxeñeiro Areses” y no sólo pueden verse los molinos sinó los itinerarios enlazan los cinco miradores y otras tantas áreas recreativas. En total, más de diez kilómetros de recorridos. Entre ellos se incluye una senda botánica que muestra con paneles explicativos la diversidad vegetal.

El lugar más visitado es el Alto de San Xiao. Encontraremos un amplio espacio recreativo dotado de mobiliario urbano, senderos y miradores cuyas panorámicas son espectaculares y con elementos monumentales como la Gran Cruz de 1900. Igual de importante por sus tradiciones populares es la ermita de San Julián y de Nuestra Señora de las Angustias: santuario de origen románico  donde se venera a San Fins, San Xiao y a la Virgen de las Angustias. En frente el santuario se haya una escalinata reconstruída en el siglo XVIII que desciende hasta la Fuente del Santo. Los rituales hablan de la lastra de la cama en la cual parece ser que dormía el santo y donde no crece la hierba, o la piedra del agua y la piedra del sol para realizar peticiones meteorológicas.

La más vieja ruta a pie es la del castro del Alto dos Cubos. Fuente de riqueza arqueológica e histórica de unos 20.000 años en donde se haya una citania que conserva el muro de 1.250 metros de longitud que por estar hecho de grandes piedras sin argamasa recibe el curioso nombre de muralla ciclópea.

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